jueves, 29 de septiembre de 2011

Velada

Allí estaba, lo había conseguido, rodeado de perfectos desconocidos.No hay verdad mas universal que el refrán que dice "Cuando se te cierra una puerta, hay una ventana que se te abre", hasta ese momento siempre se preguntaba "¿Y para qué se abre la ventana?¿Para que vayan tras ella todas tus aspiraciones, sueños y pasiones seguidos por un cuerpo con cierto tufo a vacuidad ? Pues no, la ventana está para que la asaltes cual ladrón, todo ladrón debe trabajarse al menos un poco el botín que le espera ansiosamente dentro, para que apuestes una pierna, un brazo o incluso tu santa entrepierna a cambio de esas riquezas que llevan tu nombre.

A lo que iba, he de ahí, en el centro de una masa elitista (¿Pueden existir las masas elitistas?), mucho pantalón de cuadro, tatuajes encriptados bastante públicos, piercings malolientes con demasiado perfume (sí, ése, el del marinero con el pedazo de culo que se queda husmeando el olor al polvo de la noche pasada), camisetas de tirantes, acento de centro inglés de pago, cocina minimalista regado por mil litros de alcohol, sobre todo champange Moët, que ha comprado algún guionista en el duty-free tras presentar su última película-ensayo en un cine decadente de París, y finalmente estaba él.

Me había llevado toda la velada exponiendo un soliloquio, deslumbrando a los asistentes con ese deje sureño que dicen que tengo, con esa sonrisa infantil, mirandolo de una forma descarada, a él, el que lo había invitado, mis ojos iban de la mesa a él, de la mesa a la pequeña audiencia improvisada y de nuevo a la mesa y a él, preguntándose si follarían salvajemente cuando por fin se fueran todos, si él caería en la cuenta de que lo que siempre había estado buscando lo había encontrado a golpe de actualizaciones y emoticonos, pero sobre todo cuestionándose continuamente cuando irían a servir el plato principal, aparte de la mesita con comida (minimalista, demasiado minimalista) habían preparado unos platos de formas imposibles que reclamaban ser llenados, aunque al rato finalmente cayó en la cuenta, ninguna otra cosa iba a ser servido y devorado, claramente yo mismo era el especial y único plato de la noche.

sábado, 6 de agosto de 2011

Expectativas-Realidad

Expectativas: ¿Llega tarde? No es tan inglés como parece... Me dijo que vendría, aún recuerdo cómo mi pulso decidió rebelarse mientras leía su respuesta. "Vale, tú eliges la película" El resto de la tarde pasó del completo hastío al meticuloso ritual: un afeitado nervioso, una ducha filosófica, una vestimenta nada bien elegida y... ¡joder!, tengo que volver a comprar ese perfume.
¡Ah, no! Estás ahí, sólo habías decidido ir al baño en el momento más inoportuno. Saludos, una risa nerviosa por mi parte y una sonrisa que desarmaría al mayor de los ejércitos por la tuya. Conversación trivial aderezada de una mutua jactancia al comprobar que nosotros, sí, nosotros habíamos ganado un pequeño duelo más a la sociedad convencional de ahora, de ayer y de siempre.
Como yo vaticinaba, nos peleamos por la película, yo hago como que intento ganar aunque no sabes que esta pequeña victoria siempre llevó tu nombre.
Entramos en la sala, gracias a Dios, estos momentos se me estaban haciendo eternos y fugaces al mismo tiempo. No hemos comprado palomitas ni refresco, no somos de ese tipo de cinéfilos, no necesitamos de la sal ni del dulce para dejarnos llevar por una película. La película es lo de menos, lo único que me grita en el pensamiento es tu brazo apoyado al lado del mío,sin tocarnos, sólo eso.
A la salida, intercambiamos opiniones de lo que hemos visto. No todo iba a ser innovador en esta noche... Esta vez, no se inicia ninguna pequeña lucha. La cosa parece ir 1-2.
Pero en éste momento lo vuelves a destruir y construir todo, empiezas a mostrarte insondable, pero a la vez te muestras a mis ojos más vulnerable que nunca. Un futuro nublado, un presente algo gris y un pasado brillante. Un infancia muy feliz y omnipresente, una madre casi castrense, un padre invisible, mil noches de cara al oscuro talento y ninguna mañana frente al esplendido éxito...
El alba llega y nos manda a dormir. Promesas de dudoso cumplimiento. Despedida.

Realidad: Sufro de verborrea y creo que tú, tú tienes la cura.

domingo, 24 de julio de 2011

Amy


Audience's staering at me and my hair waiting I pull my troubles out my hat, I swear.

Everynight I burn my throat dancing and praying with my fellas at the backstage a cappella. All of them are my man, but really, I am the only real monkeyman.

The sunset is my timeless drug and when it comes I always get upset.

You went to get high, left me lying in your bed and then we played with myself.

Nobody teaches me to walk through the life, but early I learned to die and fly, at the same time, it is, it is my personal crime.

See ya, Amy!

miércoles, 22 de junio de 2011

One

Sólo un fuego tenue y agonizante acompañaba la estancia, tú, de píe, erguido, cada músculo de tu anatomía se encontraba tenso y a la vez etéreo, como si le estuvieran cantando una oda al propio Miguel Angel, tus ojos se hallaban cegados por el antifaz de los años y tu esencia corría más viva que nunca entre mis dedos.
Por fín, nuestra corporeidad entregada a eso que llaman sino, tu boca latente y muda como quién guarda el mayor de los secretos y yo a la zaga del mayor de los enigmas, un enigma que había pintando a carbón cualquiera de los anocheceres vividos. Lo tenía, en ese instante obtuve la respuesta a tan sinuoso arcano, escalé hacia tu oído y dije: Io son l'amore, io son la vita, io son l'amor...

miércoles, 8 de junio de 2011

Huma

No niego que no vuelva a encender mi ansia de nuevo, a manchar mis dedos con la ceniza de nuestro pasado, a irradiar con culpa mi garganta, a inhalar tu negra esencia o a condenarme a una muerte tóxica...

miércoles, 18 de mayo de 2011

21

Y me muerdo el labio mientras viajo en la parte trasera de todos los coches, y levanto altares clandestinos dónde nació y murió el pecado, y disfruto imaginando al eterno errante entregando su muerte al propio camino, y me estremezco al verte sumido en esa narcótica ceguera, y aún sigo esperando al amanecer tras haber visto los diez anteriores, y hurto las lágrimas del miedo mudo, y hago el balance del viaje como siempre suele hacerse, cuando el viaje ya ha acabado, y me arde la garganta por haber perdido antes de tiempo los 21, los 21 gramos que se pierden instantáneamente cuando uno muere, los 21 gramos que dicen que pesa el alma...

domingo, 15 de mayo de 2011

La Sinceridad del Otoño

Y luego llega el otoño para arroparnos las heridas en el colchón de su niebla. Para regalarnos tardes de calma, que son noches pensativas que se hacen madrugadas sin darnos cuenta…
Para mojarnos con la fina lluvia de la mañana y limpiarnos la cara de telarañas y cortinas y fantasmas y espejismos. Y mostrarnos la verdad del mundo, con
sus luces y sus sombras pero siempre hermoso.
Para dejar ver un tenue rayo de sol que asoma tímido y te recuerda que la vida sigue ahí, más viva que nunca, esperando a que salgas a buscarla lleno de esperanza.
Para enseñarte que todo lo que importa no está en el mar, ni en las noches, ni en las estrellas o en la playa. Ni en los ojos de quien te mira y menos de quien no te ve.
Para hacerte entender que todo lo que importa está dentro de ti, que todo lo que de verdad es valioso es que te tengas a ti mismo, que te tengas de verdad, sin importar quien esté a tu lado o lo bajo que hayas caído al tropezar.
Cuando comprendas eso, tus manos empezarán a construir ese maravilloso futuro que te espera con todo el arte que les he visto hacer.

Yo personalmente prefiero el otoño; suele ser más sincero.

E.P.N.