domingo, 15 de mayo de 2011

La Sinceridad del Otoño

Y luego llega el otoño para arroparnos las heridas en el colchón de su niebla. Para regalarnos tardes de calma, que son noches pensativas que se hacen madrugadas sin darnos cuenta…
Para mojarnos con la fina lluvia de la mañana y limpiarnos la cara de telarañas y cortinas y fantasmas y espejismos. Y mostrarnos la verdad del mundo, con
sus luces y sus sombras pero siempre hermoso.
Para dejar ver un tenue rayo de sol que asoma tímido y te recuerda que la vida sigue ahí, más viva que nunca, esperando a que salgas a buscarla lleno de esperanza.
Para enseñarte que todo lo que importa no está en el mar, ni en las noches, ni en las estrellas o en la playa. Ni en los ojos de quien te mira y menos de quien no te ve.
Para hacerte entender que todo lo que importa está dentro de ti, que todo lo que de verdad es valioso es que te tengas a ti mismo, que te tengas de verdad, sin importar quien esté a tu lado o lo bajo que hayas caído al tropezar.
Cuando comprendas eso, tus manos empezarán a construir ese maravilloso futuro que te espera con todo el arte que les he visto hacer.

Yo personalmente prefiero el otoño; suele ser más sincero.

E.P.N.

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